martes, 11 de diciembre de 2007

Mundo Futuro II

Siguiendo con el viaje que iniciamos hace un mes con la primera parte de Mundo Futuro, nos detendremos en esta ocasión en el periodo que va del 2020 al 2060. Como ya entonces advertí, no viajamos de la mano de la ciencia-ficción sino de la prospectiva, la ciencia que nos dice cómo será el futuro. Gracias a ella sabemos que nos esperan grandes cambios.


El siglo XXI no será un
versión corregida y aumentada del siglo XX. A la resaca contemplativa de las primeras décadas del nuevo milenio le seguirá, a partir del año 2020, una gran aceleración. Mundos sintéticos, ordenadores cada vez más humanos, microchips bajo la piel, microrrobots insectoides, mecanimales, granjas moleculares, nuevas especies creadas por los alquimistas del ADN... Nada de esto será extraño en la 'Sociedad del Conocimiento'.


Prospectivistas como Marvin Minsky, padre de la Inteligencia Artificial, augura que poco a poco desaparecerá la frontera entre lo natural y lo artificial, y la humanidad sufrirá un salto fundamental en la evolución. “Seguro que esta perspectiva no agradará a muchos” -dice Minsky- “porque este salto hacia el que nos dirigimos podría tener bien poco de humano. Cada vez estoy más convencido de que será de orden mecánico: las máquinas podrán cumplir las mismas funciones que los hombres, pero con una calidad de ejecución mucho más alta. Más adelante integrarán lo orgánico, esto es, el cuerpo”.


El mundo, antes y después de ese gran salto, no tendrá nada que ver. La humanidad entrará en la era del conocimiento. A partir del año 2020 la humanidad pasará de la era de la manipulación a la era de la enseñanza. Según el filósofo Roberto Vacca y el prospectivista John Naisbitt, las nuevas tecnologías de la información darán lugar a la mayor explosión cultural de la historia, un nuevo 'Renacimiento'. La información adquirirá unas proporciones descomunales. Hacia el 2030 los ordenadores imitarán los dos hemisferios del cerebro humano y dispondrán de capacidades de tratamiento complementarias. Por un lado, cálculo y deducción analítica; por otro, visión global e intuición.


La sociedad del conocimiento girará en torno a la información. Lejos quedará para siempre la vieja sociedad obrera de producción, esclava del carbón y del acero. Será el triunfo total de la microelectrónica, que extenderá su influencia hasta finales del tercer milenio, cuando tome relevo la fotónica. El francés Paul Virilio, arquitecto y teórico de la velocidad advierte del peligro de la saturación tecnológica: “Estas tecnologías invisten al hombre de atributos de la divinidad: ubicuidad, instantaneidad, omnipresencia, omnividencia, pero, al mismo tiempo, le privan de su cuerpo”. Virilo caricaturiza al hombre esclavo de la técnica... Marvin Minsky anuncia la revolución de los implantes. Después de los pasivos, del tipo senos de silicona, llegarán los implantes de memoria adicional, los estimuladores energéticos, o micromáquinas de telecomunicación insertadas en el mismo corazón.


El sujeto terminal, saturado de información, se desconectará de la realidad y se refugiará en el simulacro, en los mundos artificiales, tan pocos tangibles como la propia información, y en placeres del tipo 'sexo virtual'. Y éste será el primer paso hacia la erotización de las máquinas, algo que en opinión del ingeniero Shubichi Mizuno, “será esencial para la coexistencia de hombres y máquinas en la sociedad del futuro”.


Escena de 'El cortador de césped'- 1992


¿Cómo será posible la convivencia de 12.000 millones de personas y 100.000 millones de máquinas a finales del Siglo XXI? Steve Brand, del Media Lab, afirma: “El advenimiento de nuevos niveles de comunicación en el plano mundial implica el arribo de algo más que humano. Tal vez una civilización de organismo cibernéticos o un planeta cognoscitivo".


En el campo de la biotecnología existirán granjas moleculares y biotecnología asistida por ordenador. El bricolaje genético será habitual. Los animales transgénicos se convertirán en nuevas herramientas de producción. Plantas, animales y bacterias nos suministrarán toda clase de productos: medicamentos, insecticidas, alcoholes, disolventes o moléculas raras.


La ingeniería genética y la inteligencia artificial prometen cambiar la faz del mundo. La cuestión es si dejarán paso a la sociedad del conocimiento o a un mundo de esclavos tecnológicos, que controlarán su territorio a golpe de zapping. ¿Seremos sabios o parapléjicos tecnológicos?


[Extracto de “Mi novia es una ciberchica. La sociedad del conocimiento”, por José Antonio Mayo. Suplemento ‘Así será el futuro’, Muy Interesante, Octubre 1992]


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Mundo Futuro

14 comentarios:

daviccy dijo...

Así como la primera parte de Mundo Futuro me pareció extremadamente acertada, esta segunda entrega me resulta más difícil de aceptar. No tanto por los avances tecnológicos, que de seguro existirán de la forma en la que son descritos, sino por su aplicación. Tal y como está el mundo de triste y enfermo, creo que toda esa tecnología va a ser usada más para apagar fuegos creados en este siglo que para construir los cimientos del siguiente. O tal vez para crear nuevos fuegos...

Si quitamos la parte pesimista, me inspira bastante saber que podría pasar los últimos años de mi vida en la "sociedad del conocimiento", en ese nuevo renacimiento, viviendo con mi novia-ciberchica.

Francisco Méndez S. dijo...

hola: Entretenido pero muy riesgoso pronosticar el futuro, si no podeemos predecir ni un sismo, ni una tormenta con mas de una semana de anticipación.
Saludos

Anónimo dijo...

Bueno, pienso que los tales prospectivistas no andan muy equivocados sobre esos pronósticos tan alarmantes como absurdos. Yo preferiré no tener tanto "conocimiento" ingerido artificialmente, pero creo que así ha debido ser siempre la humanidad: con un futuro alarmante para superar un presente absurdo, duro de sobrellevar. En el manejo de la contestación a la pregunta que cierra el tema está la bondad y la inteligencia vuestra, los que podrais vivir hasta el 2050. Y pienso que no hay error de cálculo por una anécdota que, si se me permite en este foro, quisiera referir.

Terminaban los años 60 del siglo pasado y un servidor ya andaban con sus cabritas por los rastrojos cuando los jornaleros volvían al pueblo por la tarde. Las cuadrillas volvían, como habían ido, subidos en remolques de tractor los más, en cajas de camiones otros y en autocares algunos. Un cabrero viejo, extrañado del movimiento aquel recordó una sentencia que, al parecer, había lanzado un montalbeño "futurista" en tiempos de la II República y la mayoría lo tomó por loco, y dijo mi anciano compañero: Si Fulano levantara la cabeza y viera que es verdad lo que él decía, que con el tiempo los obreros iríamos a trabajar subidos en vehículos...

Eso es todo, amigos; cuidaros la mente pero además el corazón, porque ahí también habrá que llevar cositas de uranio puestas.

femmeicthys dijo...

Me parece fascinante la cuestion de la biotecnologia,ya hay cosas sorprendentes, y el imaginarme lo que podria hacerse en materia de salud me hace brincar de gusto, pero...
El ser humano es egolatra y a veces no piensa muy bien sobre las consecuencias de sus actos. Tenemos un don precioso en la biotecnologia, la pregunta es si estamos preparados para esos cambios.
Por mientras a sentir escalofrios en la espalda, sobre todo por lo del sexo virtual (definitivamente no me hace gracia).
Saludos, querido !75mara.

miguelangel dijo...

Os veo muy negativos.. ¿Y eso?

Hay muchos aspectos que por lo mucho que extenderían la entrada no he tratado... Vehículos supersónicos, enfermedades domadas, reparación física de la maquinaria humana, antienvejecimiento, nuevas fuentes de energía, organismos cibernéticos, colonización de otros planetas, control desde plataformas multinacionales espaciales de los recursos y cambio climático (ojo! esta es la primera vez, que yo recuerde, que veo hablar de CAMBIO CLIMÁTICO como tal. Recordad que el artículo se publicó en 1992.. Entonces se hablaba de efecto invernadero y agujero en la capa de ozono, no se usaba ese término, ni lo que ello implica).

Cuanto más nos alejamos de la fecha de publicación del artículo, menos realista parece todo.. pero tampoco olvidéis el nivel de acierto de la entrada Mundo Futuro I.. En esta ocasión me he centrado en la Biotecnología y en la Inteligencia Artificial (¿es computable el conocimiento humano? Hay quien a día de hoy piensa que no..). Alimentos transgénicos, robótica, realidad virtual .. todo eso ya está aquí. Hay que seguir avanzando en esa línea.

Y esto no es videncia, sino prospectiva. La prospectiva es la ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y poderlo influir. Aunque de hecho es, paradójicamente, una ciencia sin objeto que se mueve entre la necesidad de predecir lo que puede ocurrir y el deseo de inventar el mejor futuro posible. Porque aunque el devenir no puede predecirse con exactitud, si podemos imaginar nuestro mañana preferido.

miguelangel dijo...

Pruden, me ha encantado esa anécdota.

Anónimo dijo...

Querido Miguel Ángel, uno no es pesimista, a estas alturas del deseo, sino indiferente (que es la facultad más perjudicial del pesimismo) a la evolución vertiginosa que nos plantea el siglo XXI. Eso es inevitable dado que el ser humano es así de impulsivo y acaparador, y sería nefasto, a estas alturas de la realidad, negarse a los avances, algunos de ellos muy necesarios y beneficiosos para el hombre. Mas, como admirador de las teorías marxistas, me gustaría que el mundo avanzara más equitativamente, que todos esos magníficos logros que se obtienen para la salud, por ejemplo, repercutieran al mismo tiempo en la eliminación de la esclavitud, del hambre, de las guerras preventivas y del saqueo a los pueblos, al planeta en fin. Pero claro, el mundo no sería igual, ni llegaría a ser como está previsto, y por lo tanto los propietarios de los medios de producción no serían tan poderosos, si tanto la riqueza como la inteligencia (o los talentos) no dispusieran de esa presión autorizada de los unos sobre los otros.

Esto es otro cantar del que tú hablas, claro está. Quizá por eso a mí me resulte indiferente que el mundo avance tan maravillosamente si no media la justicia para evitar males peores. «Aquí no se salva ni Dios. ¡Lo asesinaron!», dijo el poeta Blas de Otero, uno de mis mayores.

miguelangel dijo...

Pruden, entiendo tu postura. Existen muchos problemas en nuestra sociedad que deben resolverse antes. Pero no quiero ser pesimista ni indiferente. Fíjate cuantos avances se han producido, y lo que nos espera, sobretodo a raíz del proyecto genoma..

Para empezar, mi teoría es que cualquier revolución, cualquier nueva era, tiene que pasar por una inevitable revolución energética. Este punto es fundamental. En esta entrada hablaba sobre esto: http://antropicos.blogspot.com/2007/10/blog-action-day.html
(larga entrada, pero interesante)

Segundo, creo que nuestros sistemas de valores no sirven para este nuevo siglo. Creo que el capitalismo, al igual que el comunismo, es un producto de la era industrial. Y creo que el futuro está relacionado con un sistema mixto: Intervención por parte del Estado, pero diferente a como es ahora. Por ejemplo, en vez de que el gobierno decida lo que quiere que haga el sector privado, podría decir: "Queremos una producción más a favor del medio ambiente, más exportación, más investigación, trabajos mejor cualificados, mayor seguridad en el trabajo.. Si tu empresa cumple y está por encima de la media, el gobierno te otorga ventajas fiscales. Si está por debajo de la media según nuestros criterios, subiremos los impuestos". Es una forma para adaptar el capitalismo al interés social. Y esto lo dice gente como Alvin Toffer, analista de cambios sociales y prospectivista, autor de "La Tercera Ola".

Tampoco creo que el cambio climático sea el fin. Creo que resolveremos el problema antes de que se agrave. ¿Recuerdas cuando se hablaba del "efecto 2000"?.. Decían que el mundo iba a desmoronarse por culpa del apagón tecnológico. Gracias a la previsión esto no se produjo..

Y todavía recuerdo a Paco Rabanne diciendo que la noche vieja de 1999 iba a caer la M.I.R. sobre París .. Ahora los apocalípticos hablan de la profecía Maya del fin del mundo para el 23 de diciembre del 2012.. El fin del calendario Maya. Lo que no dicen es que el calendario volverá a comenzar. Cuando esa profecía no se cumpla, surgirán otras.. y así hasta que acierten.

Francisco Méndez S. dijo...

Hola:
Para aclarar las cosas, me gustó tu post, y creo que es factible que ocurra todo lo que se predice, lo que sucede es que soy agnóstico con las predicciones del futuro, siempre hay una justificación de por que fallan las profecías religiosas. Si el mundo no se acaba en la fecha fijada se busca otra fecha, a los prospectivistas se les debe exigir mas exactitud ya que son cientifícos.
Saludos

miguelangel dijo...

Ulysses, te comprendo perfectamente. Esto no deja ser un juego de futuribles. Pero, ¿has echado un vistazo al primer post de Mundo Futuro? Como digo, estas entradas vienen a raíz de un suplemento de 1992 de una revista de divulgación científica.. En el primer post hablaba del periodo que comprende 1992-2020, o sea, nuestro presente.. Y como verás, el nivel de acierto es impresionante. Fue por entonces cuando Tim Berners-Lee desarrolló la WWW, cuando Linus Torvalds puso el código fuente de Linux a disposición de la comunidad.. Se estaba empezando a crear esto de internet tal y como lo conocemos. Era un futurible.

Como toda actividad joven, la prospectiva está aún en fase expansiva, desarrollándose teórica y profesionalmente, lo cual provoca que convivan una gran diversidad de maneras de entender y practicarla. Se resalta la importancia estratégica de poder anticipar el futuro; es decir, la traducción económica de la previsión y la planificación. Se enfatizan los aspectos teóricos y culturales del futuro y de la naturaleza del tiempo; la comprensión de los mecanismos que provocan que sea uno, de entre todos los futuros posibles (futuribles), el que se transforma en presente. También prima lo que podemos llevar a cabo para hacer un futuro mejor.

Para muchos la prospectiva no puede ser una ciencia, ya que su objeto es el futuro, que no existe, y por definición no puede existir, ya que en el momento en que se concreta deja de serlo. El futuro es un concepto mental. Lo que pasa es que esta crítica se puede hacer a la mayoría de las ciencias sociales, como la economía.

la pretensión a la cientificidad de la prospectiva tiene más que ver con su empeño en estudiar el futuro mediante el método científico que con el cumplimiento estricto de todos los criterios para merecer el calificativo de ciencia. Si bien es cierto que el futuro no existe, no lo es menos que no carecemos de información sobre él.

Y cada día que pasa el determinismo científico está un poco más suavizado que el día anterior (teoría de sistemas, la termodinámica, la teoría del caos y otras). Y aún así la prospectiva es un enfoque que prima los pronósticos lineales y tiene una visión continuista del futuro con respecto al presente.

No es suficiente proyectar la información que tenemos, hay que reflexionar y ver en qué medida influyen en su desarrollo, valorar distintos futuros en circunstancias cambiantes y ser consciente de que no se puede dar nada por sentado.

Puede que se persiga en la prospectiva lo que se buscó en la religión, y que los prospectivistas se conviertan en profetas que ofrecen certezas contingentes y dudas sistemáticas.

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

No sé si estaremos mejor o peor que ahora. Cuando lo vivamos lo podremos comprobar con datos más fiables. Un abrazo.

Rodi dijo...

Como tu anterior post sobre la prospectiva, resulta muy revelador y la vez muy inquietante. Esa idea de la sociedad cada vez más conectada con el mundo virtual que al real, ya lo estamos viendo en nuestros días con internet y las nuevas tecnologías, y supongo que de aquí a 30 ó 40 años será peor. Al igual que a los demás, esta me parece una visión del futuro muy pesimista.

PD: Muy apropiada la foto de "El cortador de césped".

Saludos.

Anónimo dijo...

Estimado Miguel ángel:

Siempre hay tiempo para el optimismo, pero como sabes, un pesimista es un un optimista mal informado.

Recordarás posiblemente que hace vente años se nos dijo que a estas alturas estaríamos viviendo en la generación del ocio, justo cuando Sarkozy está echando marcha atrás en la semana de las treinta y cinco horas y ampliando la edad de jubiliación de los maquinistas de la SNCF; por no hablar de que todas las teorías que expones se refieren, más o menos a unos setecientos millones de habitantes. (Ya sabes cuántos somos en total y cuántos vamos a ser en un futuro próximo.)

Sobre todo me alarma eso de que nos espera una sociedad del conocimiento. En primer lugar, es posible que nos espere una sociedad del apartheid cuando no del exterminio. Desde la revolución industrial la medida del hombre es la de la capacidad de su trabajo y sólo la fuerza de la asociación ha permitido evitar el desastre. ¿Quiénes poseerán los recursos dentro de veinte años? o mejor aún ¿cuántos? Y en segundo lugar, prácticamente nadie está interesado en el conocimiento. Montaigne escribió en una de las bovedillas de su biblioteca que "Dios otorgó al hombre el afán de conocer para que le sirva de tormento." Y eso permanecerá inmutable a pesar de los cambios a los que asistamos; incluso si no fue Dios quien nos otorgara tal afán. Prácticamente nadie está interesado en el conocimiento: ni antes, ni ahora, ni después. En definitiva: hay muy pocas razones para la esperanza.

Me permito recomendarte la lectura de "Las tres Hermanas" de Chéjov.(descargable gratis en la página El Aleph.) Esta escrita, creo, en 1900. Como está en PDF, puedes ir buscando las referencias a "trabajo" y "futuro". Han pasado 107 años.

Recibe un atento saludo.

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P.d. Lo de los maquinistas era un poco excesivo. Por otra parte ya se puede viajar desde Orly hasta la estación de Antony en un tren sin conductor. Da un poco de cosa, pero resulta agradable mirar de frente a las vías

Anónimo dijo...

Donde dice anónimo, léase por favor Payne. Gracias